26 enero 2008

La Edda

En Madrid pides una caña en un bar y te viene gratis una tapita sabrosa de lo que sea. Aquí tienes que tomarte un café, porque está prohibido servir alcohol, y encima te interrogan si no quieres elegir algo para comer, pagándolo, claro. Las comparaciones son gloriosas.


Está de siete meses.
¿Y quién es el afortunado padrastro?