22 febrero 2008

Americano

Yo le hablaba de amor y ella me hablaba de química.



En internet no se lee, se miran las palabras, escribe un crítico americano en un libro que no se lee.



El primer asunto práctico que hice con ella fue acompañarla a comprar un desatascador de tuberías. En su piso había vivido una pareja de diseñadoras con niños. Esperemos que no sea premonitorio.



Acto fallido: En navidad, con el estrés de saber que me estaba esperando abierta de brazos y piernas, un mecanismo interno que desconocía me hizo llegar un día tarde al avión, que era lo que inconscientemente estaba deseando.



Con la inglesa se acabó, no quería abandonar el Peñón.



Los países con pena de muerte suelen tener una muerte de pena.



Lo poco que quedaba de armonía familiar lo van a eliminar obligando al padre a estar en casa seis meses de permiso de maternidad. Yo estuve trece años.



Si hubiera tenido móvil cuando Patricia Keller ahora estaría en Suiza. Si no hubiera tenido a Patricia Keller habría tenido a María da Silva y también estaría en Suiza.



Sem, el lago por donde hago footing todos los días, así helado, parece una corrida gigantesca en los mármoles del baño.



Este es mi blog, hágase en ti mi palabra.



El blog, al contrario que el chino, se lee de abajo arriba.