06 marzo 2008

La merced



Este año llegó la primavera
en febrero y la armó; con una taza
en ristre me asaltaste en la terraza
del Kaffebrenneriet, la primera
de otra temporada en pie de caza
mayor, y tú sin la menor espera
tomándome a traición la delantera
blandiste el arma que iba a tu coraza
y en un revoloteo de paloma
la pieza que pensé cobrar descubre
su cóncava silueta, suave loma
de asfódelos sembrados en octubre,
por mi madre lo juro, no por mí;
y como un tiro me piré de allí.