08 abril 2008

Americano



Para que yo me llame Luis Gonzalo.
se debió de montar la de su madre
una noche de enero y del desmadre
dio cuenta la deidad que blande el falo,
clásico pasamanos, de tal palo
tal ónfalo; el hijo de aquel padre
no desmerecerá; aquí el compadre
con dotes sobrehumanas de regalo,
anfitrión de vetustas bacanales,
palabra con palabra, boca a boca,
hará correr la fama si le toca
la gloria de laureles principales;
los dioses en licor no serán parcos
para brindar por mí y por Alarcos.