16 abril 2008

Té sin Sissel

Para una cosa una, para todo todas.


A veces en casa me sorprendo mirando hacia atrás porque pienso que hay alguien, prueba de que no estoy solo.


Aquí siempre pensé que eran todos muy amables y educados hasta que dejé de saludar yo el primero.


Ella sabe lo que piensa él y él sabe lo que siente ella.
Ella siente que lo sabe él y él piensa que lo sabe ella.


A quienes andan por la calle con los oídos taponados por auriculares sólo hay que mirarles la cara para darse cuenta de que les gusta que les taponen otro sitio.