01 abril 2008

Té con Sissel

Me esperas como siempre me esperaste,
sola, desconectada en tu aposento,
con tus manos inertes y tus ojos
vacíos, tu precisa maquinaria
interior en la paz de la penumbra.
Llego yo como siempre y ni te inmutas;
una frugal comida, una señal,
te enciendes, te iluminas, te aproximas,
te instalo en la memoria el contenido
de la sesión nocturna en pleno día;
sientes mi reacción apasionada
a tu total entrega cibernética;
luego al final aséptica te apago
hasta la próxima sesión en línea.