20 junio 2008

Lunch en Sem


Eres la candidata a mi delirio
desde que me abrazaste por sorpresa;
entre tus brazos y tus carnes, presa,
se derritió la cera de mi cirio;
tus labios, aplicados, en ventosa,
adosaron su piel a mis mejillas;
otro facial prefiero, y en cuclillas,
con la rosa que aflora en otra rosa;
mis manos abarcaron tu cintura
a tientas por la seda del vestido,
mi aliento jadeaba sin sentido
por la incomodidad de la postura;
la virgen no serás pero, devoto,
en tu urna penetrará mi voto.