29 junio 2008

Mientras pasan

Mientras pasan dos horas de suplicio
con los labios, la máscara, el perfume
y el perfecto apurado, me consume
la desesperación y me desquicio;
en la penumbra de la noche oscura
recorro en solitario la autopista,
una mano al volante y la otra lista
para hacerme perder la compostura;
cuando por fin aparco ya me espera,
se espatarra y me da la boca abierta,
inclina sus mejillas, muerde, acierta
bien a desenredar la enredadera,
y en la miniobra del primer viraje
se le corre en la cara el maquillaje.