13 abril 2009

Tus encantos

Tus encantos no tienen desperdicio
a altas horas de la madrugada,
me llenas de vacío con tu nada,
el fruto de tu amor y de tu vicio;
en tu antro de mieles me desquicio
y confundo la amante con la amada;
cuál de las dos me hace la mamada
y agita su cintura con oficio
a la vez que te lleno y me vacío
y en tu garganta se hunde la cascada
que ametralla por dentro desbocada;
cuál de las dos se cubre de rocío
y de perlas que brotan por la frente;
no era una ni dos, serían veinte.