12 junio 2009

Déjame

Déjame aliterarme en tu cintura,
percutir mi cadencia en tu instrumento,
escandirte las sílabas al viento,
encabalgar tu lomo sin montura,
montar a pelo tu cabalgadura
hasta quedar mi fuelle sin aliento
y mi resorte lánguido, sin tiento,
de retorno a su prístina postura;
no te prives de mí, dame más caña
mientras dura la que se eleva dura
mientras abierta te conservas pura
cuello, cabello, labios, monte, braña;
antes de que el que pasa la guadaña
nos ampute con su segur extraña.