17 agosto 2009

Ni las piezas

Ni las piezas que cobras, condenada,
con tu efigie de galga florentina,
ni las presas que cazas en tu esquina
desde el crepúsculo hasta la madrugada;
cuantos dejas muriendo en la estacada
o desarmados en tu bocamina,
cuantos privados de tu medicina
perecen del dolor de la estocada,
me librarán de ti ni de tu sombra,
y si abres melosa y conturbada
tus labios y tu voz entrecortada
me propone hasta lo que no se nombra,
no dudaré un segundo, no lo dudes,
en aplacar tus ávidas virtudes.