12 junio 2010

café con la camarera de los pearcings en los hoyuelos y el labio

Pasa una eternidad por tu cintura,
terco y continuo devenir de olas
en la playa desnuda, rompeolas
de nuestra naufragada singladura;
una llama terrible desfigura
mi desesperación, que vaga sola
por tus acantilados y me asola
con la fulguración de tu figura
que me deja y se va; indiferente,
como un reloj de arena que se agota,
aniquilas mi vida gota a gota
con tu talle de seda transparente
prendido en la memoria; mi destino
sin ti será un completo desatino.