LA SUSTITUTA
un trasiego de idas y venidas,
a las tantas de tantas madrugadas,
al cabo del trayecto en solitario,
Tu vida, una huida, un solitario
con una sola carta, una partida
de ajedrez con la reina compartida,
un destino de amante en el armario;
un sinfín de salidas y llegadas,
de vacío, en ciertas avenidas,
hacia ninguna parte. Tu refugio
el cómplice magreo insolidario
con la computadora, el subterfugio
último de quien mira en la mirilla
de una vieja que nadie se cepilla.