09 enero 2012

Fransk kontinental

ESCENA DE CAMA

No me queda de ti más que el olvido,
que no se extinguirá; queda el anhelo
de que mi dicha vuelva a alzar el vuelo
de las profundidades de su nido.
Queda la certidumbre de haber sido
dos perlas ensartadas, queda el duelo
cuerpo a cuerpo, rendidos, sin consuelo,
sin desesperación y sin sentido.
Queda tu silueta sobre el lecho,
tu melena deshecha en mi cintura,
y en la noche final nuestra figura
en el espejo atónito del techo.
Quedan la oscuridad, dentro del hueco,
tu adiós, tu mar, tu luz, tu voz, tu eco.