19 enero 2012

La merced

COGE LA FLOR

Deja la espina, cógeme el capullo,
que el tiempo de la rosa no perdura,
antes de que se pudra de madura,
déjalo en tu interior hacerse tuyo.
Empuña duro el talle de mi lirio,
deshoja con tus yemas la rosada
esquina donde mi corola osada
encontrará la clave del delirio.
Que la sangre que corra solo sea
la que riega y anega surco adentro,
que la savia recorra todo el centro
del tallo que sostiene la azalea,
hasta que el fruto brote de la rama
y rebose el caudal que se derrama.