12 julio 2012

fransk kontinental


Miserables, que veis a un vejestorio camino de mi cama
y todavía os preguntais por qué lloro y me arranco los cabellos.

Dios, otra vez me envías la oscura noche
y vuelvo a temblar de arriba abajo
porque debo meterme en la cama que odio.

Dame tu mano, amor, y vamos a escondernos al sembrado
para hacer el amor o caer juntos a navajazos.

Me tiro al río pero no me lleva la corriente;
suerte para mi marido que siempre me sacan a la orilla.

Mañana me matarán por culpa tuya;
no niegues que me amaste.

Fui hermosa como una rosa;
debajo de ti me he vuelto amarilla como una naranja.

Pon tu boca sobre la mía,
pero deja libre mi lengua
para que pueda hablar de amor.

Cógeme entre tus brazos y abrázame;
después podrás enredarte entre mis muslos de terciopelo.

Mi boca es tuya, devórala sin miedo;
no es de azúcar que pueda disolverse y desaparecer.

Toma mi boca si la quieres;
por qué buscas mi cántaro si estoy toda mojada.

Yo haría de ti cenizas
con solo dirigirte un instante mi mirada.


"Suicidio y canto. Poesía popular de mujeres pastunas.", Sayed B. Majrouh, Afganistán, asesinada por talibanes. Gallimard, 1994.
Traducción del noruego, desde la novela de Åsne Seierstad, "Bokhandleren i Kabul", Cappelen 2002.