25 enero 2014

Nombre de dios, café de Colombia


TANGO



Qué desesperación y desosiego
esperar tu llamada todo el día
y parte de la noche; qué manía
de anhelar tu mensaje sin sosiego
con la pantalla de calcomanía, 
como pirómano enganchado al fuego.
Yo confundo la noche con el día. 
Yo de tanto no verte quedo ciego.
Yo noto que la vida se me agota,
que pronto voy a darme a la bebida,
que mi vaso se colma gota a gota
y en mi calleja oscura no hay salida.
No hasta escuchar la melodía del Tango
en mi móvil saldré vivo del fango.