31 mayo 2014

III



LA ISLA DE LA ESPERANZA


Mi música, mi letra, mi instrumento,  
mi pluma, mi papel, mi pergamino,
mi senda, mi vereda, mi camino,
la tierna melodía de tu acento. 
Eso eres tú, y más. El firmamento
que cubre de destellos mi destino,
las uvas que destilarán el vino
de la celebración, cálido y lento. 
No se puede pedir más a la vida
mientras llega la hora del encuentro,
navegar en la noche mar adentro
hasta alcanzar la isla compartida. 
Donde todo sea cuerpo, labios, fruta;
sin tiempo, sin estrépito, sin ruta.