12 enero 2015

Fransk kontinental




NÁUFRAGO


No se izará mi dicha al firmamento
ni dejará su luz desparramada 
por tus acantilados, ni tu aliento
descorrerá mi piel. Tu marejada
no inundará mi cala desbordada
de hilos de saliva, ni el bramido
del oleaje en medio de la nada
anudará las lenguas en su nido.
Sin ti mi nave boga a la deriva
en la mar procelosa. Sin tu palma
en mi timón el viento me derriba
y mi quilla navega quieta y calma.
Un náufrago aferrándose a una astilla
que avista inalcanzable la otra orilla.