18 julio 2016

Ivre du vin perdu




INTROSPECCIÓN

Encendiste la llama de mi cirio 
con una yema hundida en la ranura
abriéndose a su paso y la llanura
amarilla de sol ardía en delirio.
Regaste con tus líquidos el lirio
que abría su capullo en la espesura,
tus labios deshojaron la madura
corola derretida en mi colirio.
Tu cúspide brilló como si fuera
la noche desnudándose ante el día,
un río penetrando por la ría
fue mi cauce vertido en tu ladera.
Ahora aquí sin ti pasa la vida
por la gruta que no tiene salida.