POR ENTRE EL SUEÑO
En la penumbra cómplice ya asoma
la cúspide del cíclope bifronte
perlada de sudor, el horizonte
demarca los contornos de la loma.
Atravieso tu valle entre el aroma
que inunda las laderas de tu monte,
y al rociarse la falda en mi aluvión te
derrites en tu nido de paloma.
Llega el día, la luz, la transparencia
al centro de la vega desolada
y a mi alrededor no encuentro nada
más que los desperdicios de tu ausencia.
La única manera de ser dueño
de ti es poseyéndote en mi sueño.
