02 octubre 2016

Nueva Linda, Nicaragua




A CONTRAPELO


De noche me desvivo y me desvelo
con tu falta de ímpetu y destrozas
el velo de mi sueño cuando rozas
contra mi piel tu yema a contrapelo.
Tu voz es como un témpano de hielo
que aplasta en mi jardín todas las rosas,
tu mirada de vidrio corta y gozas 
viendo correr la sangre por el suelo.
La selva de tu pelo es una sombra 
que reflejan las lunas en mi cama;
tus labios, combustible de mi llama,
pronuncian el silencio que te nombra.
No me queda de ti más que el instante
que dura el paso de una estrella errante.