24 noviembre 2016

La escondida




SEMINARIO EN SUNDVOLLEN


La nieve derretida en la ventana,
mis dedos enredados en tu pelo,
las sedas esparcidas por el suelo,
la noche deshaciéndose en mañana.
Te evades aturdida entre mis manos
de música y ginebra, yo te pido
que rescates mis besos del olvido
y que tus lomas se hundan en mis llanos.
Por la autopista ruedan a mi lado
tus últimas palabras, frías alas
que traspasan mis sienes como balas,
las ascuas de tu fuego congelado.
Me dejas a la puerta. Ya me he ido.
A ti te espera en casa tu marido.