03 mayo 2008

Capuccino en el Glorioso



Te me pones a tiro hoy que no tiro,
te presentas ardiente ante mi puerta
con melena confusa y blusa abierta,
te me das en bandeja y yo ni miro;
tú me turbas febril en mi retiro
con los susurros de tu boca experta;
tú pides lo que nadie a ciencia cierta
te negaría, el último suspiro;
yo ya no estoy, amor, para esos trotes,
ni siento ni padezco; la otra noche
con el doble que tú he puesto el broche
en dura lid; no alcanzo los rebotes;
no tomes mi relevo en la estafeta,
no llegaré tres veces a la meta.