TORMENTO DE VERANO
Llegaste con la fuerza de un tornado,
arrasando avenidas y canales,
a mi ciudad. Quedaron tus señales
sobre un páramo muerto y desolado.
Tus ráfagas en seco, vendavales
que esparcieron las llamas. Chamuscado
me convertí en cenizas a tu lado
y deambulé descalzo entre cristales.
desbordaste mis surcos con tu riego,
asolaste mi viña con tu fuego
y abandonaste mi racimo yerto.
y abandonaste mi racimo yerto.
Desde entonces me asalta en cada esquina
tu paso por mi cuerpo en la ruina.