18 marzo 2009

Enorme

Enorme, frente a mí, un monumento
de dos metros, atroz, indiferente,
descotada sin más, frente a mí frente,
poniéndome la carne de cemento;
mi exmujer la entretiene, en un momento
me sumerjo en el agua de la fuente
y el álgido correr de la corriente
siembra rachas de tempestad al viento;
mis ojos se eclipsaban a la altura
de sus templos de oscuros medallones
y mis dedos palpaban los rincones
de su cintura hundida en la hendidura;
salí de allí jadeando, su estatura
aniquilándome la envergadura.