11 noviembre 2011

Ahuacate



EN CASO DE DUDA

Me aturdo, me confundo, me conturbo,
disimulo mi pálpito, mi susto;
en la barra las dos gemelas, justo
a mi vera, me fisgan, y aún me turbo
más al oír mi nombre. Un metro ochenta
y ocho o más, y yo que ni recuerdo
dónde, cuándo, con quién, si estaba cuerdo,
cuando te vi, o bebí más de la cuenta.
Me dejas chorreando, cao, no acierto
a vislumbrar no un par sino dos pares
de bajeles en procelosos mares
sumiéndome en el sumo desconcierto,
en el vano dilema de que elija
tus calabazas o las de tu hija.