06 agosto 2013

Colombia supremo

A D. 




LA ESPERA



Desde que no te tengo, mi camino
desierto se transforma en un infierno
poblado por tu ausencia. Mi destino,
congelado en los hielos del invierno
de Noruega, sin ti: un desatino
en un páramo tórrido y eterno,
un devenir a tientas y sin tino
por los acantilados del Averno;
con tu piel, adherida a mi retina,
mojada, en carne viva. En la pantalla
de mi móvil espero a ver si estalla
el timbre que me salve de la ruina.
Todo es frío y silencio está mañana;
la noche se prolonga hasta mañana.