LA SIESTA DEL FAUNO
Quiero besar tus párpados, tus ojos,
tus cejas, tus pupilas, tus pestañas,
tus lágrimas, tus iris, tus legañas,
sorbértelos hasta ponerlos rojos.
Quiero apresar tu lomo de pantera,
usar de salvavidas tu cintura,
descender por tu vientre a la aventura
y columpiarme con tu cremallera.
Aunque los viejos digan qué dislate
y mis hijos me llamen caballero
de la triste figura. Y por fin quiero
sentir el corazón como te late
insertado en tu pecho y ver tu broche
ensartado de perlas cada noche.