16 enero 2015

Buenos aires





EL SALVAPANTALLAS


Cuando en la noche oscura prendo el móvil 
y aparecen tus nalgas en pelota
mi bragueta revienta, estalla, explota 
como los reactores de Chernóbil.
Entonces busco en Google la parrilla
de una página de pornografía,
clico al azar la imagen de una tía
y lo coloco frente a mí en la silla.
Bajo la cremallera con cuidado
de no pillar la polla que se empalma
lentamente en el hueco de mi palma 
y le doy al manubrio descuidado
hasta que la corrida irrumpe, estalla,
embadurnando toda la pantalla.