28 noviembre 2025

Julekaffe

 

Una obsesión dura como máximo dos años. 


Obligar a fabricantes de armas a que las usen entre ellos hasta que se acaben armas y fabricantes. 


Cristianos, musulmanes y judíos, agentes triples. 


Colillas en el suelo, las arrojan los fumadores. 


Perversa severa persevera. 


No por ser de tal país se es de tal país. 


El judío aberrante

El hijo prolijo

El holandés herrante

Hacerse el zueco

Hacer el hindú

El mercader de El Venecia


Puertas anchas para no tener que ceder el paso. 


De quién te debe dinero no te olvidarás en toda la eternidad. 


No hay mujeres tacañas. 


Cura funda organización infantil para abusar de niños. Poeta funda tertulia para seducir a jóvenes poetas. 


Gazauschwitz

Muro de Lamentaciones Genocidas


Pornografía, profesión con igualdad de género. 


Distinguirse desde el anonimato. 


IA: Inteligencia artificial = BRIO: buscador rápido de información online. 


Precios de aspiradoras por los suelos. 


Derecho a decidir sobre tu propio cuerpo: eutanasia. 


Actrices mueren, Hedda Gabler vive. 


Favores, los paga quien los hace. 


Matan más coches que guerras. 


Violencia vicaria abortista, matar consecuencia para vengar causa. 


Ni pena de muerte para violador ni para embrión. 


Aprovechar concesión de premio importante para suicidarse. 


Acumuló un patrimonio inmenso de pobreza. 

12 noviembre 2025

Royal Malabar



En manifestaciones de mujeres siempre aparece un calvo a ver si pilla algo. 


Religión, fentanilo del pueblo. 


Otros simios acabarán creando sus religiones. 


Tierra, sitio más peligroso del universo, no se salva ni dios. 


Habla con una mujer hasta que esté a punto de pedirte el teléfono.


Si quieres que me abone, paga. 


Tu derecho a decidir sobre tu propio cuerpo es el mismo que el de tu feto sobre el suyo. 


Acabo de cerrar libro de escritora que se cita a sí misma. 


«Lo que vien, vien; y tamién lo que non””», Saga de Grettir. 


Teoría de la relatividad del mal: el mal depende de entre cuántos se reparte. 


Mejor soldado, mata más. 


Escribió cincuenta y seis novelas hasta ahora. 


Libertad, romper el plato después de comer  (y no volver a comer). 


No te alejes un paso de tus armas. 


Los defectos se cobran. 


Lo que se dice y lo que se piensa:

Me gusta mucho cocinar (no me gusta)

Te quiero mucho (no te quiero)

Lo siento mucho (no lo siento)

Me alegro mucho (no me alegro)

Me encanta ( no me gusta)

Estoy muy de acuerdo (estoy en contra)

Está muy bien (no está bien)

Está muy bueno (sabe mal)

Buenos días (malos)

Buena suerte (mala)

Feliz cumpleaños (que sea el último)

Que te mejores (que te mueras)

Buenos ojos te vean (muerta)

Qué sorpresa (mala)

Qué tal (qué me importa)


Si la primera frase de un libro dice: 

La première de toutes les forces qui mènent le monde est le mensonge, déjalo.


Yo lo coloco y ella lo quita”. Calmbur de Martín. 


Guerras, las ganan quienes ganan con las guerras. 


Sube y sube pero

cuidado Nefelibicha 

que también en el cielo 

te pueden meter la picha.


No digas a tu hija-hijo que los reyes magos no existen ni que usas tapón anal. 


Vatic-ano. 


No hay idiota que no diga algo memorable. 


La mitad del país come mierda y la otra ni eso. 

09 noviembre 2025

Colombia Supremo

 


El ilustre crítico José Luis García Martín, el famoso Martín que aparece más de una vez en los Cuadernos de Oliver, y que tuvo un papel importante en la fundación de la tertulia, (la que hay ahora no tiene nada que ver con la primera): fascinó a Víctor Botas, antes muy renuente a asistir a ese tipo de reuniones literarias. Era un hombre decidido, que en los cuatro primeros meses de la tertulia ya había tratado otras tantas veces de buscar novio, sin éxito. Que él tomara la iniciativa en los acercamientos eróticos nos escandalizaba un poco y me temo que, en las referencias de nuestros escritos de entonces, que ahora me avergonzaría leer (siempre fui feminista), asomara un nada disimulado tinte Antinooísta. Cuando estaba en la tertulia, donde corregía las colaboraciones de todos, un día bajando de un autobús lo quise llevar a mi casa para que conociera mujer, pero le entró un ataque de pánico. Me alegra encontrarlo ahora convertido en una referencia literaria y rodeado de sus agradecidos acólitos anónimos.