17 abril 2008

Yolanda

La que yo espero nunca se presenta
ni se presenta nunca que la espero;
la que no espero siempre se presenta
de repente, menos cuando la espero;
la que está ausente, en cuanto se presenta,
desaparece cuando no lo espero;
la que se va después que se presenta,
cuando se ausenta es cuando más la espero;
la que nunca se va se queda en vano,
la que se va no quiero que se ausente,
la que desaparece surge en vano
en mi presencia cuando estoy ausente;
la próxima en llegar, antes de irse,
se quedará con ganas de no irse.