El decálogo del viajero se puede resumir en un solo mandamiento verdadero: nunca viajes con decálogo.
El cámara de cine porno hace realidad el sus sueños eróticos.
La prueba fehaciente de la inexistencia de dios la tenemos cada día al despertarnos y ver quién está a nuestro lado.
Cuesta trabajo creer que el mundo de "A la recherche..." no exista realmente.
La melancolía es la constatación de la nada en cada cosa.
La paz y la guerra son las dos caras de una moneda en manos de una shopinghólica.
Hoy nadie publicaría nada que empezara: Canto a las armas de los hombres, a no ser que se interprete mal.
Ir a algún sitio nos revela que vale más quedarse en casa.
Solo merece la pena ir a un sitio donde podríamos quedarnos a vivir.