26 septiembre 2018

Colombia espresso


JUEGO PELIGROSO


Crucificado vivo si no llamas,
con la soga anudada a la garganta,
colgado de una rama que no aguanta,
un bonzo retorciéndose entre llamas,
a punto de saltar al precipicio,
hundido en la espiral de un remolino,
con una piedra al cuello de molino,
el cuello en el altar de sacrificio:
Así me dejas, siempre que me dejas
de llamar, cuando más me desespero,
siento silbar de lejos el certero
disparo de una bala entre las cejas.
No sé si será vida lo que vivo
en esta espera, ni sé si sobrevivo.