17 enero 2019

Fransk kontinental



LA CASCADA



Arde el deseo y entre la espesura
noto correrse el frunce de la tela,
a la luz transparente de la vela
asoma un resplandor por la ranura.
Reverbera una perla en la costura,
dura como una piedra y se revela;
un surtidor ya brota, se rebela,
resbala y se desborda en mi cintura.
Aquí sale de madre la corriente
vaciando su diluvio por el suelo,
íntimo surtidor, como si el cielo 
goteara en mi cuerpo su torrente.
Otro chorro interior que no se nombra
nutre nuestros espasmos en la sombra.