DESENLACE
Como el viento no puede con la rama,
por mucho que te alejes de mi vida,
huyas hacia adelante en estampida,
nuestro destino acabará en mi cama.
Contra la tempestad lucha una llama
que derrite la cera compartida
de una vela que funde y se derrama
por la húmeda seda descosida.
Sin ser arúspice ni pitoniso
vaticino una noche desfogada
sin sábanas, sin colcha, sin almohada,
revolcando los cuerpos en el piso.
Hasta que al otro día tu marido
descubra que las tórtolas se han ido.
