11 junio 2020

Capuchino en Rosmara



Para poder elevarse hay que ir soltando lastre. 

Disparate, en Argentina, loca incitación al suicidio. 

Mi república no es de este mundo. 

Ubi pater sum, ibi patria. Los hijos no son de ningún sitio hasta que no engendran.

Sidrerurgia, principal sector productivo de mi tierra.  

Nietzsche: ¡El arte y nada más que el arte, para no morir de la verdad!
Yo: ¡lo contrario!

El aborto es retrógrado, como lo es cualquier acción de matar. Así que para ser moderna empieza a follar también con la cabeza y no solo con el coño. A no ser que te violen o que te puedas morir. 

Si en una pasarela estrecha yo empujo a una persona al abismo porque no me deja pasar, se puede decir que estoy decidiendo sobre mi cuerpo, pero a costa de matar a alguien. 

S., de cuyo nombre no quiero acordarme, me llamó anticuado porque estoy en contra de la recientemente aprobada ley sobre biotecnología que permite entre otras cosas abortar a los niños con síndrome Down, como hacen en la petimetre Dinamarca y en la triste Islandia. Aquí, donde ya se practicaba el aborto selectivo de gemelos, o sea que dejan vivo a uno. 

La mejor manera de quitarte de encima a cierta gente indeseable es yendo a tomar el sol a la playa. 

Beneficios pandémicos, reencontrarse por videoconferencia con los amigos del Oliver después de cuarenta años. 

No hay nadie más insoportable que un extranjero. 

Copio del blog de mi amigo Martín:
Palabras de un sabio judío que a Eugenio d’Ors le gustaba repetir: 
Tres cosas aprenderás de un niño: a estar alegre sin motivo, a no estar ocioso ni un solo instante y a reclamar con energía lo que te hace falta”.