27 agosto 2020

Oliver Internacional XIV



Contributio mea in absentia facta est, quia ego cum A. videocolloquium luxuriosum habebat simul.

Los poetas hasta que no empiecen a cobrar millones por sus textos con contratos millonarios como cualquier futbolista o cantante pueden publicar como les venga en gana. Un libro de poemas es bueno o malo independientemente de si los poemas se han publicado antes o no, pero si el autor vendiera sus libros por millones se ganaría en calidad, se eliminaría  mucha basura y se reciclaría mucho papel. 


Yo elijo a veces los libros por la portada. Suelo leer libros franceses porque son los más agradables al olfato, vista y tacto. No solo influye el diseño de la porada sino también el formato, el tacto, el papel, la costumbre. En España las publicaciones son mediocres comparadas con Gallimard. Yo tengo varios libros que tienen erratas en el lomo. 

Un defecto si es adrede, un defecto mayor si es sin saberlo. La poesía me gusta si tiene voluntad de originalidad. Ahora todo se parece a Borges, lo cual gracias al original puede ser soportable. Todo lo que se escribe es una repetición de lo ya escrito con otras combinaciones de palabras. 

Es como las escenas eróticas, está bien si lo pide el guión. 

No, si desconoce también el griego.

El éxito de un autor y la calidad literaria de una obra son cosas totalmente diferentes y casi siempre opuestas. La mejor prueba son las obras anónimas.

Todos estos títulos (Prosa de domingo y 49 títulos por el estilo) podrían ser del recientemente fallecido Zafón pero son de Martín y dolorosamente acabarán siendo libros verdaderos, aunque no verdaderos libros.